Mi hijo, el príncipe

Fer tenía unos cuatro añitos, lo acababa de recoger del nido y me acompañó a dejar un encargo a la casa de la mamá de una buena amiga, la señora Carmen era una persona que no se andaba con rodeos, ella te decía las cosas en la cara y si algo no le agradaba te lo espetaba de frente.
Yo le advertí a Fer que se portara bien, aunque él en esa época era un niño medianamente tranquilo.
Bueno, llegamos, entregué el encargo, conversamos un rato y cuando me disponía a despedirme, la señora me insistió en que nos quedemos a almorzar, entré en pánico, porque tanto mis hijos como yo éramos medio fastidiosos para comer, hasta el día de hoy hay muchas comidas que no nos gustan, todo había ido muy bien hasta el momento, pero podía deteriorarse por aceptar la invitación, así y todo acepté para no quedar mal con la señora.
Primero nos sirvieron sopa, Fer las odiaba, pero contra todo pronóstico se la tomó todita, de segundo había bisteck con arroz y ensalada, Fer odiaba las ensaladas ,pero también se la comió casi toda, se portó educadísimo, agradeció los alimentos, dejó bien puestos los cubiertos, no derramó ni un arroz, en fin fue todo un gentleman.
Al salir ,la Sra Carmen me felicitó porque para ella mi hijo era un príncipe, incluso llamó a su hija y le hizo ese comentario.
A partir de ese día siempre le decíamos a Fer, el príncipe, y la costumbre duró un buen tiempo,
Después mi príncipe se volvió renegón, punk, juerguero y sus días de realeza quedaron en el olvido.
Ayer lo operaron y recuperó su status, se ha portado como un príncipe, no molestó para nada, obedeció todo lo que el doctor le dijo, cayó tan bien que las enfermeras lo trataban con bastante cariño y me pareció notar que alguna hasta le coqueteó, el doctor lo felicitó por ser un paciente A1, es por eso que en la noche mientras lo veía dormir, me acordé la anécdota anterior y pensé que la señora Carmen tenía razón , mi hijo ,cuando quiere, se porta como un príncipe.
Ya estamos en la casa y espero que siga así, y por si acaso me sigo llamando Patricia, no siquiera llegué a ser beata.